Roma es una ciudad
italiana de 2 877 215 habitantes, capital de la región del Lacio y de Italia.
Es el municipio más poblado de Italia y es la cuarta ciudad más poblada de la
Unión Europea. Por antonomasia se la conoce desde fines de la Antigüedad como la
Urbe. También es llamada: La Ciudad Eterna (en italiano: Città Eterna).
En el transcurso de su
historia, que abarca tres milenios, llegó a extender sus dominios sobre toda la
cuenca del Mediterráneo y gran parte de Europa. Como capital del Imperio
romano, se constituyó en una de las primeras grandes metrópolis de la
humanidad, centro de una de las civilizaciones antiguas más importantes.
Influyó en la sociedad, la cultura, la lengua, la literatura, el arte, la
arquitectura, la filosofía, la religión, el derecho y la moral de los siglos
sucesivos.
Es la ciudad con la
más alta concentración de bienes históricos y arquitectónicos del mundo; su
centro histórico delimitado por el perímetro que marcan las murallas
aurelianas, superposición de huellas de tres milenios, es la expresión del
patrimonio histórico, artístico y cultural del mundo occidental europeo. En
1980, junto a las propiedades extraterritoriales de la Santa Sede que se
encuentran en la ciudad y la Basílica de San Pablo Extramuros, fue incluida en
la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Roma es el corazón
geográfico de la religión católica y destino de peregrinación (vías romeas) y
también la única ciudad del mundo que tiene en su interior un Estado
extranjero: el enclave de la Ciudad del Vaticano, que se encuentra bajo el
poder temporal del papa. Por tal motivo se le ha conocido también como la
capital de dos Estados
Monumento a Victor Manuel II
¡Roma es la capital
del mundo! En este lugar se renueva toda la historia del mundo, y siento haber
nacido por segunda vez, y haber verdaderamente resurgido, el día que puse pie
en Roma. Sus bellezas me han alzado poco a poco a lo alto
Johann Wolfgang von Goethe, Italienische Reise,
1813-1817
Roma se presenta como el resultado del continuo sobreponerse de testimonios arquitectónicos y urbanísticos de diversos siglos, en una compenetración única y sugestiva que muestra la compleja relación que la ciudad ha sostenido con su pasado, en un alternarse de desarrollos caóticos, periodos de decadencia, renacimientos y tentativas, en la edad contemporánea, de modernización del tejido urbano. Una gran cantidad de los bienes culturales del mundo se encuentra en Roma.
Arquitectura religiosa
El Panteón, Iglesia de Santa María de los Mártires.
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San Pedro en la Ciudad del Vaticano.
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Archibasílica de San Juan de Letrán.
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Los edificios religiosos de Roma constituyen una parte fundamental del
patrimonio monumental de la ciudad capitolina: estos son el símbolo de la
importancia cultural, social y artística del componente religioso durante todos
los periodos de la historia romana.
Los más importantes edificios sagrados de la Antigüedad fueron los templos: no eran lugares de congregación de los fieles, sino que albergaban únicamente la imagen de la divinidad a la que estaban dedicados. Se estima que en la tardía edad republicana de Roma habría cerca de un centenar de templos.
En Roma hay varios centenares de iglesias cristianas y su historia se entrelaza con la historia religiosa, social y artística de la ciudad. La catedral es la basílica de San Giovanni in Laterano, una de las cuatro basílicas patriarcales o papales junto con la basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, la Basílica de San Pablo Extramuros y la Basílica de Santa María la Mayor.
Las cuatro basílicas formaban parte del así llamado "paseo de las siete iglesias" que los peregrinos debían recorrer a pie y en un único día. Las otras tres iglesias que formaban parte de ese itinerario son la Basílica de San Lorenzo Extramuros, la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén y la Basílica de San Sebastián de las Catacumbas. Es de destacar igualmente la Basílica de San Andrés della Valle, sede central de la orden de los Teatinos.
Roma es la ciudad con el mayor número de iglesias en el mundo, considerando también el importante número de lugares de culto protestantes, ortodoxos y de otras confesiones cristianas.
Entre 1984 y 1992, en el barrio llamado Parioli, se construyó la mezquita más grande de Europa, que ocupa una superficie de 34 000 m²; asimismo, en el barrio judío se encuentra el Templo Mayor de Roma, completado a principios del siglo XX.
También son muy numerosas las construcciones religiosas funerarias: en Roma están presentes alrededor de sesenta catacumbas, los cementerios subterráneos cristianos del primer siglo después de Cristo; los mausoleos, tumbas de excepcional monumentalidad, adornaban las vías consulares (especialmente la famosa Vía Appia). No faltaban los sepulcros, hipogeos, necrópolis y tumbas en forma de pirámides, basadas en el modelo egipcio.
Los principales cementerios romanos son el cementerio del Verano, el cementerio comunal y monumental de la ciudad; el cementerio Flaminio, el más grande de Italia; y el cementerio acatólico de Roma (o de los protestantes), establecido en la primera mitad del siglo XVIII para la sepultura de los extranjeros practicantes de otras religiones.
Arquitectura civil
El Coliseo.
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El Campidoglio.
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El Quirinal.
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La Fuente de Trevi.
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Los edificios civiles de Roma consisten en varios centenares de edificios y
otros monumentos que acompañan a la historia de la ciudad durante sus 28
siglos: de la 'arx Capitolina y las domus (casas) de la antigua Roma a los
edificios señoriales de la Edad Media, desde las lujosas villas de la Roma
pontificia a las edificaciones modernas que caracterizan la zona EUR y los
barrios más recientes.
La Plaza del Campidoglio alberga el edificio Senatorial, sede de representación de la municipalidad de Roma, y el edificio de los Conservadores así como el edificio Nuevo, sede de los Museos Capitolinos. Múltiples son los edificios históricos de la ciudad, sede de las familias nobles, cardenalicias y papales que ejercitaron su poder en Roma: entre estos, el palazzo Venezia, el palacio Farnesio, el palacio Colonna y el palacio Barberini.
Después de la anexión de Roma al Reino de Italia, muchos edificios fueron utilizados como sedes de varios órganos del gobierno provincial, regional y nacional, como el palacio del Quirinal, sede de la Presidencia de la República; el palazzo Madama, sede del Senado de la República; el palazzo Montecitorio, sede de la Cámara de los Diputados; el palazzo Chigi es sede del Gobierno Italiano; el palazzo Valentini, sede de la provincia de Roma; el palazzo Koch, sede del Banco de Italia; el palazzo della Consulta, sede de la Corte Constitucional; el Palacio Spada, sede del Consejo de Estado; el Palacio de Justicia (conocido como el Palazzaccio), sede de la Corte Suprema de Casación, y los varios palacios ministeriales.
También son numerosas las villas y jardines que formaban parte en el pasado de las moradas de los nobles, construidos o arreglados a partir de los jardines urbanos que pertenecían a los personajes sobresalientes de la Roma antigua (las huertas). Las villas urbanas más grandes son la Villa Doria Pamphili, y la Villa Borghese, la Villa Ada, la Villa Giulia y la Villa Torlonia.
En el transcurrir de su historia plurisecular, Roma fue sede de centenares de teatros y otros edificios dedicados al entretenimiento, como los circos (el circo más célebre fue el Circo Massimo, capaz de albergar alrededor de 250 000 espectadores, récord aún hoy no superado) y los anfiteatros (el mayor de los cuales, el Coliseo, se ha convertido en símbolo de la ciudad y emblema cultural mundial).
Roma, además, es abundante en fuentes y acueductos: entre las fuentes monumentales, la mayor parte de las cuales fueron construidas por orden de los papas al comienzo de la edad moderna, están la fontana de Trevi, la Fontana dell'Acqua Felice (o del Moisés), las Cuatro Fuentes, la Fontana della Barcaccia, la fuente de los Cuatro Ríos, la fuente de Neptuno y la fuente de las Naiades.
Los acueductos se construyeron en la Antigüedad: su longitud llegó a medir alrededor de 350 km; en la modernidad los papas se ocuparon de su restauración y construyeron algunos otros; los últimos fueron construidos en el transcurso del siglo XX.
El centro de la ciudad también está caracterizado por algunos arcos triunfales antiguos (el arco de Tito, el arco de Septimio Severo, el arco de Constantino) y los restos de varias termas, uno de los principales lugares de reunión durante la Antigüedad (entre estas, las principales son las termas de Caracalla, las termas de Diocleciano y las termas de Tito).
El Tíber y el Aniene, los ríos que atraviesan la ciudad, están atravesados por más de treinta puentes: en el área urbana, 28 atraviesan el Tíber (entre ellos el puente Milvio, el puente Sant'Angelo y el puente Sisto), mientras que 5 se han construido para atravesar el Aniene, entre los cuales está el puente Nomentano.
Edificios militares
El puente Sant'Angelo lleva al castillo del mismo nombre.
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La pirámide Cestia y la puerta de San Pablo.
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Los edificios militares de Roma se remontan a los orígenes míticos de la
ciudad, cuando Rómulo habría alzado las murallas de la Roma cuadrada, y han
jugado un papel importante en todo el transcurrir de la historia de la ciudad,
determinando su desarrollo y su defensa.
Roma es la única capital europea que ha conservado casi completamente el circuito de sus murallas, que pueden dividirse en seis sistemas defensivos distintos (las murallas romuleanas, las murallas servianas, las murallas aurelianas, las murallas leoninas, las murallas Vaticanas y las murallas gianicolenses).
La principal muralla de la ciudad, construida por orden de Aureliano, presentaba 16 puertas, la mayor parte de las cuales coincidía con una vía consular: entre ellas, la puerta San Sebastiano, la puerta San Paolo, la puerta del Popolo y la puerta Pía.
Otras imágenes características de Roma, sobre todo en la época medieval, eran las torres y los castillos, residencias de las poderosas familias baronales que apadronaron la ciudad entre el siglo X y el XIV: Gregorovius afirmó que, en la Edad Media, Roma contaba con alrededor de 900 torres, la mayor parte de ellas fueron destruidas en la segunda mitad del siglo XIII; en cambio, numerosos castillos han sobrevivido y caracterizan el paisaje de la campiña romana.
Después de la unificación de Italia, la ciudad pasó a estar protegida por un campo atrincherado compuesto por quince fuertes que formaban un anillo de alrededor de 40 km.
Otras edificaciones
Las principales plazas de Roma, nacidas durante el Renacimiento o el
periodo barroco, tienden a dar testimonio de la capacidad creativa de un ideal
de vida armonioso entre la exaltación humanística y las concesiones
sobrenaturales.96 Entre las más célebres plazas romanas, se encuentran la
plaza de España, la plaza Navona, la Piazza del Popolo, la Plaza de la
República, la plaza Venezia, la plaza Colonna, la plaza Farnese, el largo di
Torre Argentina, el Campo de' Fiori y la Plaza de San Pedro.97
Entre las principales vías del centro de la ciudad, están via del Corso, via del Babuino y via di Ripetta, que forman el llamado Tridente de Roma; la via dei Fori Imperiali, también llamada via del Imperio; la via Veneto, muy célebre en los años sesenta; la via Condotti, la principal calle de compras; la via Margutta, la calle de los artistas; la via Nazionale, inaugurada luego de la unificación; la via della Conciliazione, que conecta al Estado italiano con la Ciudad del Vaticano.
Roma es la ciudad que conserva el mayor número de obeliscos: muchos se remontan a la Edad Imperial, cuando los obeliscos eran transportados directamente de Egipto; otras fueron realizados por los romanos, que usaban el mismo granito de los obeliscos egipcios. La mayor parte de estos fue restaurada por orden del papa Sixto V.
Desde la Antigüedad, las calles, las plazas y los edificios de Roma se adornan con estatuas de distintos tipos (ecuestres, estatuas en pie, estatuas sentadas o bustos, por ejemplo). Antiguamente se les atribuía un poder casi místico, para proteger al pueblo romano y representar la concesión de los dioses. Particulares y características son las «estatuas que hablan» (entre ellas Pasquino y la estatua del Babuino), a través de las cuales el pueblo, con sátiras y escritos cínicos que colocaba anónimamente en sus pedestales, expresaba su malestar ante aquel que tenía el poder en la ciudad.
En Roma, en el transcurso de sus siglos, se han erigido numerosas columnas con intención conmemorativa; entre las 14 que todavía existen se encuentran la columna de Marco Aurelio y la columna de Trajano. Entre las principales columnatas de la ciudad, la más conocida es probablemente la que realizó Bernini en el siglo XVII.
Plaza de España. |
Plaza Navona.
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Sitios arqueológicos
Por su abundancia de sitios y restos arqueológicos, Roma es un verdadero
«museo al aire libre».
La cuna de la historia de Roma es el Palatino, debajo del cual se encuentran el Foro Romano, los Foros imperiales y el Mercado de Trajano, los centros de la vida política, económica, religiosa y social del mundo antiguo.
A poca distancia se encuentra el Coliseo, el monumento que sirve de símbolo a la Antigua Roma; sobre la cercana colina Oppio se encuentran los restos de la Domus Aurea, la «casa de oro» de Nerón.
Caminando de la Piazza Venezia hacia el río Tíber se encuentran la Cripta Balbi (parte del antiguo teatro de Balbo), el Teatro de Marcelo con los templos del área de Sant'Omobono y el área sagrada de Largo di Torre Argentina (donde asesinaron a César).
Otros sitios arqueológicos presentes en la ciudad son la Basílica subterránea de Porta Maggiore, las Termas de Caracalla, los restos de San Clemente, el Auditorio de Mecenas y las Casas Romanas del Celio, debajo de la Basílica de San Juan y San Pablo.
Fuera del centro urbano se encuentran las excavaciones de Ostia;107 el mausoleo de Cecilia Metela, el Castrum Caetani, la Tumba de los Escipiones y la villa de los Quintili sobre la via Appia Antica;108 la villa de Livia en Prima Porta; el área arqueológica de Veyes, con el santuario etrusco del Apolo110 y el Parque de las Tumbas de la Via Latina.
El foro romano.
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Áreas naturales
El Jardín del Lago y el Templo de Esculapio en Villa Borghese.
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Con alrededor de
52 000 hectáreas de área agrícola, Roma es la ciudad más verde de
Europa. Más allá de las villas históricas hay otras muchas áreas verdes,
sin contar los terrenos dedicados a la agricultura en las zonas más
periféricas.
Las áreas protegidas
cubren un total de 40 000 hectáreas y son una realidad reciente,
comenzada con la institución del Parque regional urbano del Pineto en 1987 y
del Parque natural regional Appia Antica el año siguiente; en 1997 nace el ente
regional Romanatura, que aumentó notablemente el número de zonas protegidas.
La inmensa área rural,
en parte llana y en parte plena de colinas, que se extiende alrededor de la
ciudad de Roma se llama agro-romano, que se diferencia del campo italiano por
cuanto está contenido en el territorio municipal.
Se hallan en el
interior del territorio municipal de Roma algunos parques regionales y reservas
naturales, entre las cuales están el Parque natural regional Appia Antica, la
Reserva natural de la Marcigliana, la Reserva Natural de Decima-Malafede, la
reserva natural del litoral romano y el área marítima protegida de las Secche
di Tor Paterno.
Con el nuevo plan
regulador, Roma tiende a aumentar el territorio total destinado a las áreas
verdes hasta llevarlo a dos tercios de la ciudad. Áreas verdes específicas
están destinadas al Jardín Botánico de Roma y a la Rosaleda Municipal de Roma.
Urbanismo.
Durante el siglo XV bajo el papado de Nicolás V, Roma dejó de ser
únicamente una capital de peregrinaje para convertirse en capital artística de toda
Italia. Durante el Alto Renacimiento en el siglo XVI con los papas Julio II y
sus sucesores los papas Medici, la capital cobró aún más importancia estética
con las obras maestras de Bramante, Sangallo, Rafael Sanzio y Miguel Ángel. En
tiempos de Pablo III se intentó abordar un programa urbanístico que afectaría
tanto a las fortificaciones y a la estructura viaria interna, como a la
sistematización arquitectónica del Capitolio y del Vaticano. Para ello el
programa sería proyectado y coordinado por Juvenal Manetti y Miguel Ángel116
Sin embargo este no fue el único proyecto que se hizo. La urbanización moderna
de la sede papal se concretó después de muchos planes parciales entre los que
vale la pena mencionar el de León Battista Alberti bajo órdenes de Nicolás V
(1447-55); la dell'ansa del Tevere bajo Sixto IV (1471-84); el de León X de
Medici (1513-21) y de Clemente VII de Medici (1523-34); y finalmente el de
Domenico Fontana por orden de Sixto V.117
Durante la Edad Media, el papado trasladó su sede de la capital del Antiguo Imperio a Aviñón. Durante este periodo la ciudad decayó tanto que una vez que Eugenio IV restauró la sede papal en Roma en el año de 1443, la encontró convertida en una campiña donde el ganado transitaba libremente entre ruinas y monumentos de lo que antiguamente había sido el esplendor de la ciudad. 114 La mancha urbana había crecido de manera irregular sin una planificación, las casas habían sido construidas una luego de la otra dejando el tránsito por pequeñas calles y callejones sin nociones del orden urbano público.115 Durante este periodo la ciudad no perdió su importancia capital debido a las basílicas que albergaba dentro de sus muros, y que cada año eran visitadas por las oleadas de peregrinos que venían de toda Europa, principalmente del Camino de Santiago de Compostela y que hacían escala en su viaje hasta Jerusalén.
Las dos épocas más importantes en la transformación urbana de Roma fueron las de Julio II y Sixto V. Con Julio II fue renovada la ciudad baja a orillas del río Tíber. En el lado externo del río el papa no se contentó solo con la construcción de la Basílica de San Pedro, sino que también llevó a cabo la renovación del Palacio Vaticano. En la hondada entre la construcción vieja y la villa de Inocencio III, el Belvedere, colocó las logias. A él también se debió la terminación de la Cancillería, además de la traza de la Via della Lungara y por supuesto la Via Giulia.
Pío V había planeado construir en las colinas abandonadas con intenciones de repartir la población que cada vez se amontonaba más en el centro, sin embargo todos sus esfuerzos fueron inútiles debido a la escasez de agua que había en aquellas tierras. El papa Sixto V fue quien finalmente puso remedio a esta situación mediante las obras de colosales acueductos. Tras la solución las colinas empezaron a poblarse poco a poco. Esta obra benefició de manera importante a la ciudad, L'acua Felice como se le llamó, suministraba 20.537 metros cúbicos de agua al día y alimentaba veintisiete fuentes. Con el inicio de la construcción de la Roma alta mandó a construir nuevas obras de infraestructura. Puso los cimientos de la escalera de la Plaza de España en el terreno de Trinità dei Monti para conectar de manera directa la parte baja y la parte alta de la Ciudad Eterna. Ahí mismo construyó la Via Felice y el Bordo Felice, y abrió las calles de sistema radial que conducen a Santa Maria Maggiore.119 La Strada Felice unía el Popolo y San Juan de Letrán pasando por Santa María Maggiore y la conectó en línea recta con los templos de la Trinità dei Monti y la Santa Croce.120 Este plano, conocido como el trazo sixtino, unió con ejes rectilíneos dos a dos las sedes y los núcleos sacros y seculares de la ciudad: las basílicas mayores, el Capitolio, el Coliseo, el Quirinal, la Porta Pia y el Vaticano. A su vez se usaron las nuevas vías para la colocación de obeliscos y la protección de plazas populares.
Partiendo de las ideas de León X de rescatar las antigüedades de la Roma Imperial para devolver a la ciudad su monumentalidad, Sixto V emprendió una empresa similar. Sin embargo a diferencia de su antecesor, el pontífice buscó someter a las obras paganas al Cristianismo. Rescató las columnas de Trajano y Antonino y las dedicó a San Pedro y a San Pablo respectivamente, colocó sobre ambas dos estatuas de los santos representando el triunfo del credo cristiano sobre las monumentales obras de la Antigüedad pagana. Con la ayuda del arquitecto papal Domenico Fontana121 se aventuró en la empresa de trasladar el obelisco egipcio que estaba en el centro del Circo Máximo hacia el frente de la Basílica de San Pedro. El 30 de abril de 1586 el monolito fue arrancado de su pedestal original, siete días después lo reclinaron y lo transportaron con rodillos por las nuevas vías hasta su nueva sede, finalmente el 10 de septiembre del mismo año se erigió enfrente de la Basílica.122
La obra sixtina en Roma fue el cimiento para las transformaciones que se ejecutarían en el siglo XVII por los grandes arquitectos barrocos como Bernini y Borromini. En ese siglo se proyectarían las plazas basílicales como la Plaza de San Pedro, así como muchas otras de corte civil y algunas fuentes importantes alimentadas con L'acua Felice de los acueductos como es el caso de la Fuente de Trevi.
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